Ajolote
En el axolotl, los aztecas vieron una manifestación del dios Xolotl, quien llevó a las almas al inframundo junto con el sol poniente. Los aztecas veneraban la carne del ajolote (como se le puede nombrar) y atrapaban a las criaturas de la enorme red de canales y lagos que sostenían sus comunidades en el centro de México. Hoy, solo queda una fracción de este sistema acuático, y está siendo contaminado por los fertilizantes, pesticidas, heces y basura de la Ciudad de México.
Los axolotls, al igual que sus primos europeos, los olms, son neoténicos, lo que significa que alcanzan la madurez sexual luciendo como larvas; conservando sus agallas y cola. Esto provoca que no se desarrollen físicamente, pero se regeneran. El ajolote, como también se le conoce, hacer crecer las extremidades, los huesos y los órganos que les han sido dañados o cortados. Son mil veces más resistentes al cáncer que los mamíferos. Si sobreviven a las amenazas modernas el tiempo suficiente para que comprendamos sus células inmunitarias, podríamos realizar avances tremendos en numerosas terapias médicas.
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